Tulum RSDNSART KANKABAL

Jueves 4 de junio. Hoy toca excursión. Tres de los artistas de la segunda Residencia Artística de Kankabal están dispuestos a pasársela genial en la playa.

Según nos montamos todos en la camioneta echamos cálculos y decidimos que Tulum está poco más lejos de lo que puede estar cualquier playa del Golfo Mexicano. Con la emoción de visitar el Caribe, dos mexicanos, un puertorriqueño y dos españolas emprendemos el viaje de 2h40min hasta Tulum, pasando por la hermosa Valladolid.

Al acercarnos a la costa la belleza del lugar nos deja sin palabras. El mar. El olor a salitre inunda nuestros pulmones. Los extranjeros nos sentimos como en casa, tan acostumbrados a vivir del mar que estuvimos.

Encontramos un lugar entre las palmeras, la arena blanca y el mar para asentar nuestro pequeño campamento. Sin dudarlo ni un momento, casi automáticamente, nos ponemos el bañador y corriendo vamos a purificar nuestros cuerpos en el cálido mar. Nos acoge sereno, con toda su amplitud, respetable. Su color no es el turquesa acostumbrado por la cantidad de sargazo que ha llegado hasta la costa, pero nos adentramos hasta poder notar las diferentes corrientes y sus temperaturas, rodeados de un precioso color verde.

Distinguimos unas barquitas que llevan a los pocos turistas que se encuentran en este pequeño paraíso a hacer snorkel, por lo que nuestros artistas mexicanos se ponen a negociar una excursión de una hora. Hay que esperar un poquito hasta montar en la barca, por lo que matamos el tiempo jugando a fútbol e investigando la zona de naturaleza en la que nos encontramos.

Sólo se aventuran a snorkelear los residentes de Kankabal, descubriendo colores nuevos en los corales caribeños, además de un agradable paseo por la costa de Tulum de una hora.

Empieza a anochecer y nosotros seguimos en la playa interactuando con los lugareños hasta que se levanta un vendaval que casi nos expulsa de esta tierra mágica. Estamos agotados y es hora de volver a Kankabal.