Lizette Abraham
¿En qué habrá afectado nuestra existencia el hecho de ser mujeres? Mi cuerpo dibuja expresiones corporales suspendidas en la oscuridad, como el personaje principal de imaginarios que se inspiran en el sentir vivencial de mi identidad femenina.
Es evidente, y ya muy dicho, que la realidad se torna muy diferente para las mujeres que para los hombres. En muchos países, ser mujer es mostrase impotente, fútil, pasiva y dócil. Pienso que la mujer se constituye como un ser inferior, al mostrarse de esa manera, y que imaginarse femenina, como animas en resistencia ante un mundo dominado por lo masculino, se libera y se reinventa.
En las imágenes, los cuerpos se sumergen en fantasías, que no cuentan una historia, sino una sensación, una emoción, un instante sustancial; es una escena donde algo se está sintiendo y se está viviendo en esa oscuridad.
Algunas protagonistas se muestran aladas, metáfora de su poder femenino; y otras, sujetadas a esa precaria realidad, gozan y sufren de vivir en la sustancia de esa complicación vivencial. Es una mujer sin identidad, que experimenta el conflicto de liberarse, pero también de querer sujetarse de alguna esperanza ante esa caótica e insensible condición de realidad.
Un deseo, un miedo, un tropiezo, un desgarre, un contacto, una suspensión, un castigo, un ofrecimiento, un cumplido, un deseo.
En muchos lugares del mundo las mujeres viven diversas condiciones de desigualdad; sufren ataques abominables, son victimas de discriminación, represión y abuso sexual. Esta cuestión me genera como mujer un desorden de conflictos que lacera mi realidad cotidiana.
Muchas mujeres hoy seguimos siendo presas, de una forma u otra, de ideologías patriarcales y conductas machistas, así como de nuestra propia condición biológica. Estos hechos contribuyen a que la mujer contemporánea se sienta comúnmente perdida, confundida, lastimada, vacía y poco valorada, en conflicto con su propia existencia.
En las imágenes propongo una serie de cuadros fotográficos donde soy yo la que vive estos conflictos. Me encuentro plena de un poder para expresar mi sentir, mi imaginación y mi inconformidad ante esta situación, que es la crisis de encontrar una reivindicación original de la mujer por ser sujeto. Demando una identidad y me cuestiono quiénes somos ante este caos y esta oscuridad. ¿Es por el hecho de nacer tan fuertes, tan eróticas, tan vivas e imponentes que merecemos envolvernos en tanta oscuridad?
